Mi realidad del embarazo y la vida posparto

En octubre del año 2019 di luz a un bebé hermoso y perfecto, Atlas Santiago. Mi peque tardo toda una semana en nacer y la verdad es que yo estuve muy incomoda durante mi embarazo y estuve un poco decepcionada que lo tuve que tener por cesárea. Aún así todo valió la pena en cuando vi a mi niño precioso. Pero, de eso les quiero platicar, del embarazo incomodo y de mi vida personal posparto.

Mi esposo y yo nos enteramos que esperabamos un bebé al principio del año y estabamos muy emocionados. Honestamente aunque estaba emocionada también estaba muy nerviosa y tenía mucho miedo. Solo tenía 25 años y la experiencia que yo tuve con los niños era con mis sobrinos como niñera y como tía. No supe lo que era ser mamá, o lo que era cargar un niño en mi vientre y aparte mi mamá estaba a seis horas de mi. A pesar de todo eso decidí que iba disfrutar de mi embarazo lo más que pude. Y la verdad es que sí lo disfrute lo más que pude:


A pesar de que intente lo mejor que pude para disfrutar mi embarazo, los primeros cuatro meses me sentía mal todo el tiempo. Siempre tenía nauseas y aparte de eso, estaba asistiendo la universidad (estaba en mis estudios posgrados). No pude disfrutar mi embarazo entero porque también estaba estresada por mis estudios y como solo trabajaba mi esposo, también debido a nuestra circunstancia económica. La verdad es que yo odiaba estar embarazada, siempre estresada, siempre incómoda y con mi mamá tan lejos. Pero lo que sí amaba y adoraba era que no tuve que compartir a mi bebé con nadie (ya se, ya se: que egoísta, pero estaba en paz y eso me encanto). Y, aunque estaba incómoda y siempre estresada, llego el día. Un día calentito y soleado en octubre cuándo llego mi niño hermoso.


Atlas Santiago nació y mi vida cambio por completo; cambió por lo mejor. Igual que con todos los nuevos papas, a nosotros se nos hizo un poco dificil ajustarnos a esta nueva vida con un bebé recien nacido. Al principio, no se nos hizo fácil pero tuve el apoyo físico y emocional de mi mamá. El cansancio, y las dificultades de la lactancia materna no nos vencieron. Bueno, mejor dicho, no vencieron a mi esposo. La lactancia materna empeso fácil pero después de unas semanas fue muy difícil para mí y casí abandone esa forma de alimentación para Atlas por completo. Decidí seguir intentando y hoy en día, seis meses posparto lo sigo intentando. Y con ese reto llegaron más desafíos.

Aunque me pegaba al niño lo más que podía y me sacaba la leche, mi producción de leche disminuyo drásticamente dentro de tres meses. Pero lo bueno del amamantamiento fue que había perdido muchísimo peso. Entonces para no rendirme, seguí y sigo con el desafío de la producción escasa de leche. Pero, lo que pasa con tu cuerpo cuando estas amamantando a un bebé es que te da harta hambre, y aparte, te hacen falta más calorías para la producción. Lo que me paso fué que comí demasiado y no comida saludable, y aumente de peso rápidamente (11 kilos/25 libras dentro de tres meses). Y eso es lo difícil de mi vida seis meses posparto.

A pesar de que mi bebé hermoso me ve a mí como persona perfecta (especialmente ahorita que no se quiere separar de mamá), yo misma me siento muy mal. La verdad es que me siento enorma, asquerosa y hasta repugnante.  Y sé que mucha gente nos dice a las mamás que seamos amables con nosotras mismas pero es un poco difícil con tanta presión de ser buena mamá, esposa, y trabajadora. Y, eso es la realidad que mucha gente no toma en cuenta. No somos perfectas y tenemos muchísimos obstáculos que estamos tratando de superar. Espero que yo eventualmente sea amable con mí misma, pero también necesito la ayuda de la gente que me rodea, de las redes sociales y las normas de la belleza que se han establecido.

Perdón que les he escrito algo tan largo pero supongo que mi punto es: sean atentos a las nuevas mamás, tengan en cuenta lo que le platican y las expectativas de las muejres como madre. Ustedes también sean más amables con nosotras. Rompé con las normas de la belleza y valoren todo lo que hemos pasado con y por nuestros bebés y nuestras familias.  Digán que seguimos tan lindas o hasta más que antes. Pero eso es lo que quería confesarles de mi realidad. No quiere decir que quiero menos a mi hijo hermoso y perfecto, sino que esta bien si odias a tu cuerpo posparto. Sí, sí pudiste crecer y cuidar de un bebé pero está bien no sentirse perfectas justo después. No todas nosotras nos amamos como lo debemos de hacer pero sí es posible hacerlo. Solo tomará tiempo.





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